Hasta el cuello...

Quién sabe...quizás este mundo se vaya a la mierda. El novio de mi hermana está pensando en comprar una casa en la montaña para salvarse de las inundaciones. Lo dijo en joda, claro, pero no sé si es tan mala idea.

 

Musa en las alturas...

Colgado de una soga, el hombre limpia los vidrios del edificio a la altura del piso 15. Veo sus piernas asomar por la parte alta de la ventana que da al río. Yo subo al 15 a fumar un cigarrillo, me apoyo sobre la baranda y me da vértigo. Ese hombre tiene unos huevos de acero.

 

Revuelta gatuna...

Mi gata está más mañosa que nunca. No quiere comer nada de lo que le doy, cuando nunca tuvo problemas. ¿Se habrá levantado en huelga de hambre por la ausencia de mi viejo que no puede darle el desayuno?

 

Debilidades...

Me volví adicto a www.TuSecreto.com.ar, al igual que mucha gente más. ¡Qué morbosos que somos! El chusmerío humano llega a niveles lamentables.

¿Qué pasa con el 4 de copas? ¿Qué tiene ese pobre infeliz que nadie lo quiere?

La historia de la baraja española cuenta que el 4 es el número de la suerte. 4 hojas tiene un trébol de los buenos. 4 amigos para jugar un truco pasable. 4 patas en una mesa. 4 esquinas tiene una manzana. 4...4...4...

La copa es sinónimo de compañerismo. Una birra. Una coca. Un vino. Genéricamente una copa.

Entonces ¿por qué lo tildan de yeta al 4? Eso es porque quien lo hace no sabe que el 4 sirve para el envido, para la flor, y lo mejor de todo: ¡para mentir! Si es que ¿para qué jugar al truco sin mentir? Es lo más lindo cuando uno miente con el 4 de copas, no le quieren, y siente ese saborcito interior de regocijo, si es que no es de los típicos aduladores orgullosos que refriegan el 4 por la cara. Esos son los peores, porque para la próxima ya se deschavan.

Y bue...acá les dejo mi humilde aporte en defensa del 4 de copas.

               

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