Y llegó el día mi abnegado lector. Sí, sí, el día en que comienza, como todos los anteriores y los venideros, el fin de mi insignificante vida.
Así pues procedo a racontarle, si se me permite el francisismo, en qué debe basarse la agenda del corriente, intentando hacer un paralelismo con dichos populares, que no por ello constituyen verdades absolutas, a saber:

- No dejar para mañana lo que se puede hacer hoy. Aunque hoy es el comienzo del fin...mejor sería entonces iniciar un disfrute empedernido del tiempo, y para tal fin no puedo empeñarlo en tareas obligatorias. Concluyo entonces que habré de dejar para mañana lo que se puede hacer hoy pero que no obstante es obligatorio, para dedicarme entonces a los quehaceres optativos que plenen mi alma de regocijo extremo. Permítame por lo tanto, y deje de lado su avidez de lectura por un momento, dirigirme al balcón del piso 15 a arrojar cuando menos una maceta por la baranda y apreciar su caída libre. Esperemos que no le parta la cabeza a alguno.

- Madrugar, que dios nos ayuda (y remarco la minúscula en la referencia al "supremo"). Sabido es mi afán por el mundo de los sueños. Ya lo dice el mote que utilizo para la dirección de este blog: Somnius (que es un dios de los sueños venerado por alguna cultura que ya no recuerdo). En definitiva, no creo poder madrugar, pero en todo caso nos da igual, puesto que hemos dicho que deseábamos aprofitar el tiempo al máximo. Debe llegarse a una relación de compromiso aquí para definir "aprofitar". Desde mi humilde punto de vista esto debería ser algo así como "emplear el tiempo en tareas que satisfagan el alma", y en mi caso no encuentro ninguna más acertada para la cuestión que la de dormir. Luego, que madrugue tu abuela.

Me explayaría infinitamente, querido amigo lector, pero supongo que sus ojos encontrarían un texto tan amplio un tanto cansino. Declaro entonces el fin provisorio de este post, no sin antes postularle una disyuntiva que me acongoja.

¿"No por mucho madrugar amanece más temprano" o "No por mucho madrugar se amanece más temprano"?

Es decir, por más que madrugue mucho ¿se hará la luz del día temprano, o bien amaneceré yo, mi persona, un tanto antes?

Escribir un comentario

Código de seguridad
Refescar

               

Artículos más recientes